martes, 8 de diciembre de 2009

SRA. BERTHA DELGADO DE GARZÓN


Bertha Ofelia Delgado de Garzón nació el 11 de marzo de 1920 en el pueblo de San Cayetano en el departamento de Cundinamarca, Colombia. Sus estudios primarios los realizó en su pueblo natal y los secundarios en la ciudad de Bogotá. Siendo niña pierde a su madre y tiempo después cuando tenía 15 años fallece su padre.
Recién terminado el colegio tuvo que adherirse al magisterio como maestra de escuela para mantener a sus hermanos. Simultáneamente estudiaba Química y Farmacia sin llegar a graduarse, trabajando en un laboratorio con una doctora alemana de quien aprendió una cantidad de secretos.
A los 23 años contrae matrimonio con el señor Nepomuceno Garzón González con quien procreo 8 hijos. Debidos a las persecuciones políticas que eran víctimas los liberales en Colombia, su esposo pide asilo en Ecuador en el año de 1952, llegando primero la familia a vivir en San Miguel de los Colorados y después fijando su residencia definitiva en el recinto de la Virgen de El Carmen donde ejerce un verdadero apostolado a favor de los enfermos y necesitados contribuyendo simultáneamente a otros valiosos elementos del insignificante El Carmen de 1953 que no 200 habitantes.
Durante muchos años prestó su ayuda como voluntaria con un puesto del Servidor Nacional de Erradicación de la Malaria. Fundó la primera Cruz Roja de El Carmen y mantuvo por muchos años su farmacia ejerciendo una gran labor social sobre todo con las personas de escasos recursos económicos.
La razón de su vida fueron sus hijos, falleciendo recién llegada a Ecuador el quinto de ellos llamado William con síntoma del mal del ojo, experiencia que la dejó marcada para toda su vida ya que debido a su ignorancia acerca de este mal su pequeño hijo murió a pesar de que sus vecinos de San Miguel de los Colorados ya se lo habían advertido. Cuando alguna madre llevaba a su hijo para que se lo atendiera doña Bertha y a simple vista descubría que estaba ojeado, ella prefería no atenderlo porque se le quedó tan presente las características de la persona ojeada que le sugería que lo lleve a curar inmediatamente a curar del mal.
Como madre realizó grandes esfuerzos y sacrificios por sus hijos y con el sueño de que fuesen unos profesionales los llevó incluso a estudiar a Quito a pesar de las dificultades y limitaciones cuando aquellos tiempos trasladarse a Quito significaba un día entero de viaje y por tal razón podía visitar a sus hijos después de largas temporadas.
Gracias a su gran características humanitaria muchas mujeres recibieron el auxilio de sus manos y trajeron al mundo a sus hijos, sin importarle la distancia y los grandes obstáculos que debían atravesar, pero siempre llena de satisfacción porque recibía la enorme gratitud de las personas que ayudaba.
Conocedora de muchos secretos para curar enfermedades tales como cálculos, hepatitis, cirrosis, alergias, inflamación de vesícula entre otras, muchas personas acudían a ella desde Tulcán, Guayas, Quevedo, Esmeraldas, etc, por la fe que le tenían. Y su gran labor no se limitó solo a ayudar en el ámbito de la medicina, sino que daba hospedaje a las personas que llegaban en ese tiempo a El Carmen y además estaba convencida de que la mujer debe prepararse para aportar a su hogar y a la sociedad.
La pérdida de un alto porcentaje de su visión central hizo que vendiera la farmacia, decisión que la afectó anímicamente y una caída donde se fracturó el fémur fue el pretexto para fallecer el 15 de febrero de 2005 a la edad de 86 años, cuando El Carmen se volcó a despedir a una gran mujer que nacida en otra patria contribuyó enormemente con nuestro cantón.

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